Ayer estuvimos de excursión fotográfica por una parte del concejo de Aller. De la mano de el excepcional comunicador que es Alejandro Peláez Leiza, y que de fotografía sabe casi todo, y organizado por la gente del Molín de Adela (no podemos decir mas que cosas buenas de ellos, esa generosidad aderezada con una pizca de paciencia, un toque de buen hacer y mucho cariño) estuvimos por la zona de Murias y aprovechamos para visitar uno de los 9 tejos de iglesia que tenemos en el censo, el tejo de Murias.
Los tejos de Aller no destacan por su buena conservación ni por tener grandes dimensiones, de hecho el que mas perímetro tiene es el de Santibanes de la Fonte, que además, tiene la categoría de Monumento Natural desde 1995. De estos 9 pies hay 5 jóvenes, de menos de 100 centímetros de perímetro que crecen a su aire y que esperamos puedan seguir haciéndolo.
El de Murias da pena verlo, con bastante hoja amarillenta y el suelo lleno de ellas. Ramas secas y restos de podas, alguna que otra punta clavada en el tronco y un aspecto triste. Una de las personas con las que hablamos que vive en el pueblo nos comentó que le querían quitar la corra y el suelo de hormigón que tapó todas las raíces. La corra no sé de que años será, pero la persona con la que departimos dijo que lo conocía así desde que era pequeña y los 80 ya no los cumple, así que igual es mejor dejarla como está; otro asunto es la retirada de parte del hormigón que debieran de hacerlo expertos en tejos viejos.
Dejamos un par de fotos, una de las cuales, ha gustado a nuestro paciente profesor, y la otra para que se vea una panorámica del tejo desde una de las empinadas calles de este precioso pueblo que cuenta con lugares sugerentes para comer y lo mejor para los llambiones: una fábrica de dulces ecológicos.