El medio tejo de Pastur es ese ejemplar que nos rompe por dentro cada vez que lo visitamos, porque es un indicador de como una gestión ambiental puede ser nefasta. No queremos entrar en polémicas con nadie, es probable que algún funcionario de la administración regional encargado de su gestión se pueda sentir ofendido pero no es eso lo que pretendemos. Denunciar la gestión ambiental en esta comunidad autónoma es tiempo perdido, y lo que le ha ocurrido a este ejemplar declarado monumento natural es algo que debiera hacer reflexionar a los encargados de realizarla.
Estuvimos de visita en julio, un día soleado y desde la carretera, además de contemplar un mar de eólicos, se podía ver el conjunto de cementerio, iglesia y tejo. El solitario lugar favorece la reflexión y analizar que es lo que estamos haciendo para que el mensaje de conservación de lo que tenemos no llega a nuestros gobernantes.
El medio tejo parece que aguanta a duras penas lo que queda de él después del vendaval de enero de 2009.
Había bastante hoja en el suelo y en el árbol; las agallas eran abundantes. Este Monumento Natural (decreto 15/2003, de 13 de marzo) está como testigo mudo de la gestión ambiental que se hace por estas tierras. Debiera figurar en el grupo de los 20 y el de los 58 pues sus medidas antes de enero 2009 así lo indicaban pero hemos decidido que no puede aparecer en ninguno de ellos.
Hemos sacado bastantes fotos aunque no lo suficientemente buenas para transmitir la tristeza de este tejo. Dejamos una composición realizada con alguna de ellas.
Nos gustaría recordar un comentario dejado por un visitante de la bitácora, Mariano Álvarez Pacho, al que agradecemos la información que aporta.