Fundación Comillas

El Diario Montañés, en su edición digital, publica una noticia relacionada con el bosque y la Fundación Comillas.

La Fundación Comillas inicia sus exposiciones de otoño con la denominada «Los lenguajes del árbol» y el tocón del tejo de Lebeña va a servir de hilo conductor de todo lo relacionado con la lengua y la cultura con el bosque, el castaño, la madera como protagonistas, bajo la tutela de Ignacio Abella con un espacio dedicado a los niños que se denomina «El bosque de Merlín»

Toda la información se encuentra en la página de la fundación.

Se inaugura el jueves 29 y finalizará el 29 de diciembre.

Tejo de Cancienes

En el concejo de Corvera se halla el tejo de Cancienes del que hicimos una entrada en mayo de 2010, aunque la foto era anterior. Un amigo, Cuinchi, nos amplió la escasa información que contenía la entrada:

La copa estaba seca porque le calló un rayo, estuvo unos cuantos años mustio pero se recuperó, recientemente se la podaron. Por lo que pude enterarme el cielo lo señaló en los años 70 pero no encontré a nadie que me diera una fecha precisa, solo que sucedió cuando llegamos una oleada de gente nueva a Cancienes por la construcción del Poblao (130 viviendas)

A su lado, unos tres metros, puede verse un viejo tocón entre la yerba, desconozco si es de un Texu anterior.

Estuvimos visitándolo hace unos días y el aspecto, como comentaba José Manuel es bueno. Su cuerda es de 274 cm y la altura es de 9 metros; no tiene ni corra ni asfalto. Este tejo, con copa descompensada, presenta mejor aspecto que hace unos años.

Tejo de Cazu

En un principio el censo de tejos de iglesia en el concejo de Ponga solo tenía un ejemplar que decía estaba en Ambingüe así que hasta allí fuimos y nos encontramos que no había y nadie con los que hablamos tenía recuerdo de que hubiera existido.

Mas tarde buscando información en la red gracias a una indicación que nos hizo Daniel en el blog encontramos unas fotos de Viboli, en el mismo concejo donde parecía haber un tejo; en este caso tuvimos suerte y allí estaba el ejemplar. En el camino nos paramos en una aldea -preciosa y cuidada- que se llama Cazu (Cazo) y hablando con un señor, José Antonio González, le preguntamos si el pueblo tenía iglesia y si sabía si tenía tejo, muy serio nos dijo que si tenía iglesia y también había un teju. A unos 500 metros estaba en una explanada la iglesia de Santa María de las Nieves que es obra del siglo XVIII con una sola nave y al lado está el cementerio (se celebra la fiesta en agosto y hay comparsas de aguinalderos); a su derecha un pie de teja rodeado de abundantes tilos (aprovechamos para coger unas flores para preparar infusiones). Después de tantos kilómetros recorridos por la geografía astur buscando tejos de iglesia encontrar este nos alegró bastante, aunque su estado no es el mejor por las podas que le han hecho (toda poda cuyo corte sea superior a 3 cm de diámetro es un foco de infecciones difíciles de cicatrizar y esta teja tiene varias de mas de esa medida) y porque -según nuestro amigo Ángel Pascual– el terreno parece erosionado por las lluvias y una pérdida súbita o continuada de suelo por arrastre de agua afecta de manera negativa al ejemplar.

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Tejo de Vidiago: agonía

Esta pobre teja no deja de impresionar. El otro día en un viaje hacia Santander, a la altura de Vidiago se nos fue la mirada hacia la izquierda de la carretera pues allí estaba la visión fantasmagórica de un pie de tejo y pensamos, a la vuelta hay que pasar a ver como va.

Pues eso hicimos y, si desde lejos daba pena, de cerca era mucho peor, esas cuatro cañas que soportan unas hojas tristes y unas arilas en un número tan escaso que dan una imagen de lo que no debe de ser y que resulta difícil de olvidar.  La primera definición  de agonía del diccionario de la RAE le encaja a la perfección.

Tejo de Viboli

Viboli es una aldea de la parroquia de Viego en Ponga, situado en la margen izquierda del río Cándano y tiene dos barrios, a pesar de sus pocos habitantes, Viboli Alto y Viboli Bajo. En el Puente La Huera se coge una desviación y se asciende por la foz de los Andamios; como la carretera es estrecha lo mejor es dejar el coche abajo e ir dando un paseo. El pueblo tiene una representación de arquitectura popular de la que merece la pena destacar los hórreos beyuscos que se caracterizan por tener el tejado de dos aguas y una pequeña capilla dedicada a la advocación de San Ignacio; el cementerio antiguo estaba asentado donde las actuales escuelas, horrible edificio de la década de 1970 sin uso que contrasta de forma evidente con el paisaje y las construcciones de la zona; en la actualidad lo ubicaron a las afueras del pueblo, en la parte alta, según nos dijeron, a unos 20 minutos andando por un camino empinado y pedregoso.

Detrás del hórreo de la foto se encuentra el tejo, cerca de la iglesia y mas cerca del antiguo cementerio. Tiene raíces cortadas y abundante hoja de color verde intenso, mucho brote y su aspecto parece bueno. El perímetro es de 243 cm y la altura unos 10 metros. No tiene corra pero si el terreno próximo al tronco cubierto de hormigón por un lado y por el otro piedras. Daniel, en abril de 2008 nos dejó un comentario en el blog en el que indicaba que en el pueblo había dos texos, uno cerca de la iglesia y otro en el cementerio.

El problema de este pie es la ubicación pues se encuentra justo pegado a un cobertizo tapando parte de la entrada del mismo y como nos comentó una señora del lugar, ella lo conoció así toda la vida, parece que no creció nada.