Sorpendente, hermoso, impresionante … el concejo de Illano, casi aislado del mundanal ruido, con carreteras estrechas pero bien asfaltadas tiene dos joyas y media dentro del mundo del tejo. Las tejas de Sarzol y Herías y el medio tejo de Pastur; este último monumento natural que en el mes de enero pasado quedó en medio ejemplar por motivos varios, siendo el causante final el fuerte viento que hubo en la zona. La teja de Herías no estaba en el censo de tejos de iglesia que manejamos y merece un lugar destacado por su aspecto y por su ubicación, así como por su tamaño.
La localidad de Herías, con una población escasa y envejecida, tiene una iglesia que dicen pertenece al pueblo y de la que no pueden disfrutar por motivos que se les escapan a sus ancianos habitantes y que parece radicar unas obras realizadas en la iglesia que iban a tener una subvención y alguien se debió de saltar algún trámite y ahora -y desde hace unos 10 años- la iglesia está cerrada. Las vecinas manifiestan con tristeza que cuando alguien -de los pocos que quedan- se muere lo llevan a la escuela a decirle la misa.
Esta situación, real y triste, hace que se sientan estafados pues los habitantes aportaron dinero para que se llevase a cabo la obra, algunos también dieron madera para las vigas que había que cambiar. Es lamentable que estas personas de más de 70 años tengan que vivir con esta sensación de estafa, no saben si por la administración o por el cura, el caso es que ellas no tienen iglesia a donde acudir a despedir a sus seres queridos y vecinos. Pienso que es un caso más de los muchos que debe de haber por la variada geografía astur, pero duele ver como ellas lo cuentan. Quien a nosotros nos lo dijo tenía una envidiable energía con sus 80 años pero mudaba su expresión jovial al comentar como los entierros se celebraban en la escuela … «e algo que el pueblo no se merece»
Después de esta pequeña introducción hay que comentar que la iglesia del pueblo, dedicada a la advocación de la Virgen del Rebollín, tiene a su derecha una teja con el tronco hueco -que alguien usa para guardar piedras de considerable tamaño- y un porte magnífico. El último vendaval rompió una caña que esperamos los pocos vecinos que quedan puedan cortarla en condiciones.
Las dimensiones impresionan, 463 centímetros, bien ramado, hojas abundantes y brillantes y suelo lleno de semillas que crujen con un sonido especial cuando se las pisa. La altura es de unos 12 metros.