Guarda

Esta localidad del interior de Portugal tiene muchos atractivos para nosotros y uno de ellos es el CEI, donde se trabaja para que Iberia avance en temas tan variados como la salud, el derecho, el territorio. Acudimos a las Jornadas Transfronteiriças «Paisagem, Espaços Protegidos, Floresta: Gestão e Sustentabilidade» que se celebraron a fines del mes de abril, donde nuestra amigo Ignacio Abella dio una interesante charla. 

En este viaje tuvimos la gran suerte de poder plantar un ejemplar de tejo en los jardines del CEI, uno de los que  estábamos atalantando y que esperamos disfrute de una larga vida. Los jardineros de Guarda quedaron encargados de mimarlo para que pueda seguir creciendo. No puedo negar que me produjo un cierto sentimiento de pérdida porque lo tenía en el alféizar de la ventana y casi todas las mañanas lo veía. Os dejo unas fotos en maceta y en su lugar definitivo. Todo esto ha sido gracias a la ayuda de los jardineros de la Cámara de Guarda que prepararon todo. 

Campo de San Francisco, tejos y otras cosas

Para las personas que viven en Oviedo, el Campo de San Francisco es un lugar apreciado, donde es muy agradable pasear en los días calurosos porque su denso arbolado (aunque cada vez tiene esa cualidad mas reducida) hace que el recorrido sea de lo mas grato, árboles y frescor es el combinado que podemos tener en las tardes soleadas de verano.

Lleva una temporada sometido a una gran polémica debido a una actuación mas que dudosa por parte del Ayuntamiento de la ciudad que le puede afectar gravemente. Ayer, había una entrevista en el diario El Comercio a José Valdeón Menéndez, y en ella se hace referencia a los tejos allí plantados:

«El Campo de San Francisco sufrirá con las obras; se perderán tejos de hace 80 años»

Sin entrar en el debate, que alguien pueda considerar la pérdida de tejos de 80 años es de agradecer y más tratándose de un entendido en paisajes. Esperemos que todo quede en agua de borrajas y los tejos que adornan el parque y alegran el paseo puedan crecer en paz.

Tejo de Entrialgo

Entrialgo (Entralgo) es lugar y parroquia del concejo de Laviana, a dos kilómetros de la capital del mismo y con 142 habitantes según datos publicados en sadei para el año 2010; el número de viviendas es de 64, siendo 59 las de uso principal; la actividad era agropecuaria hasta la llegada de la minería a fines del s. XIX que provocó un cambio profundo en la economía de la zona así como en la sociedad, aspectos que se vieron reflejados por Armando Palacio Valdés en su obra La aldea perdida.

La iglesia, dedicada a la advocación de San Juan Bautista se encuentra ubicada en un lugar conocido por el Prau del Cura que es una «finca na fastera n’Entrialgo, llamada asina pr asitiase ellí la casa’l cura, mesmo que la ilesia y el cementeriu de la parroquia d’Entrialgo» (escrito por Julia Roces Garcia  en el número 48 de la toponimia de la Academia de la Llingua) y tiene cerca el cementerio. Entre los dos hay un tejo que requiere cuidado de 198 centímetros de cuerda, sin corra ni asfaltado, pero con un cartel clavado con una punta, como podemos ver en la foto. El tronco está hueco y la copa es de considerables dimensiones, aunque la hoja no era muy abundante.