«Hay que iluminar la conciencia y no forzarla …»
Diderot
Estamos preocupados por el arce de Rozadas, porque pensamos que no se puede consentir un atropello de estas características ante un ejemplar centenario, aunque nuestra experiencia con los tejos no es positiva pues hemos podido contemplar verdaderas atrocidades cometidas con algún tejo centenario. Buscando posibles salidas a la situación hemos dialogado con amigos y conocidos intentado encontrar una solución.
Hace unos años, en este mismo lugar, hablamos de los árboles singulares, de un modelo base de ordenanza municipal de protección de arbolado de interés local que podría adoptar el ayuntamiento de Boal, si la corporación así lo considera. El documento se puede encontrar en la red y lo único que se necesita es la voluntad de ponerlo en marcha y -por supuesto- aplicarlo, que no se quede en un mero deseo o texto de buenas intenciones como suele ser lo habitual.
Pensar en actuaciones que puedan suponer un coste para los ayuntamientos en estos momentos es perder el tiempo, pues ya sabemos todos como están las arcas municipales. Por ello proponemos, desde esta bitácora, que los alumnos de los colegios del concejo pueden realizar trabajos de campo de los árboles singulares de su pueblo y con ello facilitan la tarea de recopilación al Ayuntamiento.
Deseamos que este árbol de la tolerancia para los celtas, del honor para los chinos y de la longevidad para los sajones pueda seguir ahí muchos años.
Dado que en el Ayuntamiento de Boal no existe un catálogo de protección esperamos que entre todos podamos conseguir que se apruebe la ordenanza municipal para así evitar situaciones como la de este arce o cualquier otro ejemplar que merezca especial consideración y se puedan proteger de ese afán arboricida que algunos parecen llevar incorporados en su código de conducta.
Dejamos parte de un artículo de Mar Verdejo Cotto que recoge, desde otro lugar de la península, el tema de los árboles, la urbanización y la conservación de los mismos:
En el programa de radio “El Bosque Habitado” recuerdan que Plinio decía: “la sombra del árbol fue el primer templo”. Y, entre tanta necedad, aparece un rayo de lucidez política en temas de árboles, una mente clara que brilla por sí misma y, muy a mi pesar, no es de mi ciudad ni tan siquiera es de mi provincia, hablo del alcalde del pueblo de Rozadas en Asturias, Félix González, que está a la cabeza de una campaña para salvar un Arce bicentenario llamado el “Carbayón de Rozadas”, en el cual, los vecinos bajo sus ramas han pasado su vida en conversaciones, juegos, risas, lágrimas y amores. Los árboles son parte de nuestras vidas por más que nos empeñemos en aniquilarlos de ellas: “forman parte de nuestros recuerdos y olvidos”, dice Ignacio Abella, observador de la naturaleza como él se define, y son imprescindibles en las mismas.
Mañana estaremos en Rozadas.