Porteger para mantener y poder transmitir a los que nos sucedan es una premisa que nos parece adecuada para andar por la vida. En el supuesto de los tejos centenarios asturianos es una necesidad dado el delicado estado en el que se encuentran la mayoría de ellos.
El Plan de Manejo del Tejo, ese instrumento que podría ser útil para que los centenarios tejos astures pudiesen vivir protegidos, no se aplica, es el gran ausente, aunque el Gobierno del Principado de Asturias -a través de la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio e Infraestructuras- editó un folleto, en formato de tríptico, hace unos años en papel reciclado, siendo uno de los encabezamientos «Conservemos esta especie milenaria» y donde se decía:
- no tales ni podes sus ramas
- no dañes su madera clavando carteles, utilizando su tronco como soporte de cables o realizando inscripciones en su corteza
- para no dañar sus raíces no abras zanjas ni hoyos. No excaves, asfaltes ni pavimentes el terreno de su alrededor
- no aparques vehículos en sus inmediaciones
- no utilices su entorno para situar contenedores de residuos y mucho menos como vertedero
La verdad es que el papel lo soporta todo y la realidad suele ser otra. Todos los textos contenidos en ese tríptico son suscribibles si queremos conservar la especie. Cuidado, mimo, atención, vigilancia y mucho más está allí.
Hace unos días visitamos los tejos de San Cucao en el concejo de Llanera para ver como iban, qué tal habían pasado el verano y hacer unas fotos; forma parte de una rutina que tenemos desde hace unos años y que consiste en visitar a los centenarios mas singulares una vez al año. Al marchar se nos ocurrió hacer una visita al tejo de Ables, situado no muy lejos, en el mismo concejo de Llanera y nos llevamos un disgusto. La urbanización que se pretendía hacer (año 2013) en la finca colindante ya está iniciada, el lineal de la calle y los muros de las viviendas están bien visibles y el destrozo al paisaje es evidente. Sabemos que este pie no está bajo la protección del Plan de Manejo del Tejo, solo tiene 346 cm de cuerda y una vida longeva, pero ni el Ayuntamiento de Llanera ni la Consejería de turno tuvieron a bien protegerlo, como les ocurre al resto de los este concejo que están integrando el censo de tejos de iglesia y conceyu.
Confiamos en que soporte las obras y pueda seguir viviendo allí otros cientos de años mas. Dejamos unas fotos que resumen un poco lo que hemos visto, aunque no hemos sido capaces de captar la profundidad del daño al paisaje que supone esta actuación.
Hay que sensibilizar a la sociedad para que tome conciencia de lo valioso que es el patrimonio natural, plantar un árbol es importante pero conservar el que lleva viviendo hace unos cientos de años es básico, supone respeto hacia quien lo hizo y hacia el que lo tiene que seguir disfrutando; somos usufructuarios, no se nos debe olvidar. En fin, seguiremos por este camino intentado que la gente abra la mirada al árbol en particular y a la naturaleza en general. El camino es largo pero no estamos solos, Amable Vallina y otros muchos que no tenemos el gusto de conocer llevan años haciéndolo.
Para aquél que sabe que los árboles sienten dolor, que tienen memoria y que los árboles progenitores viven con sus retoños, ya no es tan fácil talarlos, ni deambular con grandes máquinas a su alrededor.
Peter WOHLLEBEN «La vida secreta de los árboles»