Estamos cerca de la celebración del VIII Conceyu’l Texu y ayer se publicaba en el diario lne un artículo de Ignacio Abella «Brotes verdes» en su edición para suscriptores. El primer párrafo del mismo queremos compartirlo:
En 1960, la introducción del gamo en el macizo del Sueve, con fines cinegéticos, propició el principio del fin de uno de los bosques más importantes de la península Ibérica, las denominadas «tejedas del Sueve». En pocos años, estos animales proliferaron de tal manera que de los cuarenta ejemplares introducidos pasaron a contabilizarse más de 1.200, constituyendo un verdadero problema para los paisanos y ganaderos que desde generaciones incontables tenían en los pastos de esta montaña un recurso indispensable para su subsistencia. Esta población desmesurada de herbívoros comenzó a causar también graves daños en el bosque por la creciente erosión y el ramoneo que impide la regeneración de nuevos brotes y plántulas. Nada de esto pareció importar a las sucesivas administraciones, que se limitaron a realizar un censo anual y un mínimo control de la población de gamos, permitiendo que en las décadas siguientes la situación se haya ido agravando. El desolador estado actual de estos bosques y praderas es una muestra de la incapacidad y el desinterés de los responsables, a la hora de conservar uno de nuestros patrimonios naturales más valiosos. Cientos, miles de árboles centenarios, principalmente tejos, en un ambiente nemoral de indescriptible belleza, se encuentran en situación cada vez más precaria con un futuro incierto, ante la pasividad de las autoridades que han ido haciendo oídos sordos a las numerosas peticiones de expertos y asociaciones profesionales de todo el país, como el «Manifiesto para la protección de las tejedas del Sueve», que firmaron en 2006 algunos de los especialistas más reconocidos en el estudio de estos ecosistemas.
Lo que aquí se dice resume la situación de la tejeda, esa dejadez administrativa ante lo que es su obligación (ya sé que ellos piensan diferente en este tema) que se ve alterada, muy de tarde en tarde, por una reunión con los representantes de grupos conservacionistas para tratar del tema de la tejeda pero que no significa ninguna mejora para este maravilloso bosque que se extingue sin que casi nadie preste atención.
Por ello es tan importante este conceyu, donde una vez mas, los de siempre, nos reuniremos en torno a un tejo para hacer un llamamiento a la sociedad sobre la situación -en este caso- de la tejeda del Sueve y este escrito de Ignacio Abella, gran conocedor de la tejeda, nos recuerda el estado agónico en el que se encuentra.