hace mucho que no visitaba estos tejos, la primera vez, allá por 2011, no dejó un buen recuerdo, salvo por unos niños que allí jugaban y aportaban vitalidad a la zona; su aspecto deslucido quedó en mi memoria. Estos tejos de Lieres merecen un cuidado, el responsable de los mismos debiera intentar eliminar alguna carga que soportan, aunque no es fácil ya que por un lado está el campo de la iglesia y por el otro una carretera. En fin, no hay mucho margen de maniobra, aunque la comunidad podría intentar aliviar un poco la carga de cementos y piedras que tiene. San Martín d’Ondes es un ejemplo a seguir.
Los dos tejos centenarios no tienen el mejor entorno, asfalto por todos lados, corras de piedra que encorsetan a los ejemplares, cemento para sujetar las piedras que forman la corra … las pobres raíces saliendo por donde pueden dan una imagen triste del conjunto. Uno de los tejos sigue igual de mal, el otro presenta mejor aspecto, la copa está algo mejor. Ahí están como testigos mudos y sintientes; espero que puedan estar ahí unos cientos de años más. Dejo unas fotos de la visita: